Llegamos el 1 de Enero por la tarde con algunos campings
apuntados. Nos decidimos por “El enano” a 35 pesos la noche en carpa. Allá
había más viajeros con los que compartimos cena y velada en una “peña”
escuchando música folklórica de un artista local. Pensabamos que era gratis
pero al salir nos pasaron el “peaje”. No fue mucho y mereció la pena por ver el
espectáculo, algunos del público incluso se animaron a bailar.
Al día siguiente tras una pequeña excursión a una laguna
cercana (no muy interesante) nos fuimos hasta el pueblo vecino de Maimara,
donde además de apreciar las formaciones rocosas, pudimos visitar su colorido
cementerio.
Por la tarde, una caminata de hora y media nos llevó hasta
la garganta del diablo. El camino no tenía desperdicio: a casi 3000 msnm
siguiendo el curso del rio, dejando atrás las rojizas montañas, nos adentrábamos
en un cañón, al final del cual se encontraba una bulliciosa cascada que caía
sobre piedras de múltiples colores. Otro paseo en dirección contraria a la
cascada te llevaba por dentro del cañón en el que había algún mirador donde se
apreciaba su profundidad y la inmensidad del valle. La entrada para ver la cascada
fueron 10 pesos cada uno, pero sin duda merecía la pena.
Al día siguiente nos encaminamos hacia Humahuaca. Después de
buscar largo rato alojamiento, encontramos un camping por 25 pesos la noche en
carpa. Parece que según nos acercamos a la frontera boliviana los precios son más
baratos.
Humahuaca es menos turístico que Tilcara y el paisaje es
similar ya que forman parte de la misma quebrada, que en un pasado fue la ruta
que abastecía de alimento y mulas a Potosí.
El pueblo tiene una gran escultura sobre un pequeño cerro
dedicada a los luchadores por la independencia, la llaman El Indio. Es bastante
impresionante ya que se ve desde casi cualquier punto y de noche se deja ver iluminada.
A la mañana siguiente fuimos a visitar el mirador al que se
accede tras 20 minutos andando. Desde allí se pueden disfrutar de unas bonitas
vistas no solo de Humahuaca sino de parte de la quebrada, sobre todo si te
tomas tiempo para subir y pasear por la cresta del cerro.
Queríamos llegar a Bolivia para no volver a sacar dinero
desde un cajero automático argentino, así que nos fuimos directamente a La
Quiaca, último pueblo argentino.
Me encanta saber de vosotros y de vuestra aventura, aunque he estado un poco ausente... Las fotos son preciosas, la de los niños en el agua es muy evocadora. Disfrutad de vuestro camino y no os olvidéis de contarlo. UN besazo salaos!!
ResponderEliminarGracias Cris! Iremos cantando... nosotros también vamos con algo de retraso en lo que contamos pero poco a poco :) MUUUUUCHOS BESITOS!
ResponderEliminar