Tras tomar un nuevo bus nocturno de 9 horas en las que apenas pegamos ojo llegamos a Tucumán, cuna de la independencia Argentina.
Al bajarnos del bus una bofetada de aire caliente nos avisaba de lo que nos esperaba.
De camino al centro pudimos apreciar cómo el ambiente europeo de las anteriores ciudades iba perdiendo fuerza, latinoamérica comenzaba a palpitar más genuinamente en el mercado, los cientos de puestos de todo tipo, los vendedores ambulantes en las calles, ...
Patio de la Federación Económica |
Turísticamente la plaza de la Independencia concentra la mayoría de edificios históricos: la catedral, la federación económica, el edificio de la gobernación provincial, todos en una cuadra a la redonda.
Era el día de Nochebuena, y por la mañana el centro bullía por las compras navideñas de última hora. Nuevamente tuvimos la extraña sensación de irrealidad al oír villancicos a 40ºC.
Plaza de la independencia |
Hubo un momento agónico al comprobar que los bancos argentinos no funcionan igual que el resto, y sólo cuando les caes en gracia te sueltan plata. Ningún cajero del centro funcionaba para nosotros, pero extrañamente en un centro comercial a 40 cuadras del centro conseguimos plata para seguir hasta el siguiente destino. Ya por la tarde la ciudad iba quedándose desierta, y nosotros enfilamos hacia la estacíón para pasar la navidad en Tafí del Valle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario