Mendoza es una ciudad donde nunca falta el agua. Tiene fuentes en casi todas sus plazas, y por sus amplias calles hay una red de acequias que conducen el agua a todos los rincones.
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Una calle cualquiera de Mendoza |
Tras el terremoto de 1861 en el que se derrumbó casi toda la ciudad, los mendocinos decidieron reconstruirla teniendo en cuenta posibles catástrofes futuras. Por este motivo todas las calles son muy amplias, con anchas veredas y plazas espaciosas como puntos de evacuación. Gracias a esto, a sus arboladas calles, numerosos parques y a un trazado cuadriculado la hacen muy agradable para pasear.
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Plaza de España |
Aunque la ciudad es extensa en el microcentro se concentra todo lo interesante. La plaza de la independencia en el centro, y las plazas de Chile, España, San Martín e Italia limitan esta zona. Otra excursión que recomiendan es caminar por el Parque San Martín y subir al cerro de la Gloria, aunque a nosotros no nos pareció nada fundamental, quizá influyó que subimos a las 14h de uno de los días más calurosos del año sin encontrar mucha sombra en el ascenso.
En un día es posible conocer ambas zonas, parando a almorzar en el mercado Central económicamente (Av. General las Heras).
Después de haber viajado toda la noche en autobus, y considerando que desde las 13h hasta las 17h Mendoza duerme la siesta (los comercios cierran entre esas horas) aprovechamos para descansar por fin en una sombra en un parque.
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En honor a las madres y abuelas de la plaza de mayo |
Nos gustó pasear por la avenida San Martín, donde encontramos casualmente una batucada con varias murgas. También nos gustó el concepto bici + termo de café = cafeteria sobre ruedas.
El memorial de la bandera fue el único museo que visitamos, pero no es nada del otro mundo. Y en una muestra de arte moderno encontramos el primer indicio de la presencia del chupacabras por estas tierras:
Gracias por hacernos participes de esas vivencias.
ResponderEliminarTere